Surez Lpez, Jess. La cervatina bendita y la serpiente maldita: la lucha mtica del ciervo y la serpiente y un conjuro asturiano contra la culebra (narrativa e iconografa). Culturas Populares. Revista Electrnica 5 (julio-diciembre 2007).

http://www.culturaspopulares.org/textos5/articulos/suarezlopez.htm

 

ISSN: 1886-5623

Recibido: 01/02/08    Aceptado: 07/03/08

 

 

La cervatina bendita y la serpiente maldita:

la lucha mtica del ciervo y la serpiente

y un conjuro asturiano contra la culebra (narrativa e iconografa)

 

Jess Surez Lpez

Museo del Pueblo de Asturias, Gijn

 

Resumen

Anlisis de unos conjuros mgicos asturianos, tradicionales entre los vaqueiros de alzada, para curar la picadura de la culebra. Tienen como motivo central el de la lucha del ciervo y la serpiente. Se estudian los antecedentes literarios e iconogrficos del tpico, desde la antigedad hasta hoy, en muchas culturas, y su relacin con leyendas como la de San Huberto o con antiguos mitos del Mxico prehispnico.

Palabras clave: plegaria, conjuro, etnomedicina, Asturias, vaqueiros de alzada, lucha del ciervo y la serpiente, bestiarios, San Huberto, Mxico.

 

Abstract

This paper studies a magical Asturian spell, traditional among the vaquiros de alzada, to cure snake bites. Its central motif is the struggle between the deer and the snake. The literary and iconographical backgroud of the topic, since older days to nowadays, are studied in different cultures as well as its relation with legends such as the one of San Huberto or with myths from prehispanic Mexico.

Keywords. Prayer, spell, ethnomedicine, Asturias, vaqueiros de alzada, struggle between deer and snake, bestiary, San Huberto, Mxico.

 

E

ntre las diferentes modalidades de conjuros asturianos contra la picadura de la culebra hay una que destaca por la originalidad de su formulacin: la apuesta entre un ciervo y una serpiente a una carrera de velocidad y la derrota de esta ltima por el ciervo. Otro rasgo llamativo de esta modalidad de conjuro contra la picadura de la culebra es su estrecha vinculacin con un grupo tnico marginal, el de los vaqueiros de alzada, que lo emplea de manera privativa dentro de la tradicin asturiana.

 

Conjuro contra la picadura de la culebra

Lugar: Folgueras del Ro, TINEO.

Informante: Emilio, unos 50 aos (1997).

 

                                               La culebrona maldita

                                               y la cerva!!ina bendita

                                               fueron a una apueste,

                                               la que primero se calzara,

                                               la que primero se vesta,

                                               la que primero el sou cornetn

                                               nel sou pico tocara.

                                               Ya la cerva!!na bendita

                                               primero se calzu,

                                               primero se vestu,

                                               primero el sou cornetn

                                               nel sou pico tocu.

                                               La culebrona maldita,

                                               por su tronco,

                                               por su barronco,

                                               por su raz de freisno infeliz

                                               all fuei morrer, amn[1].

 

            Hay otras versiones asturianas publicadas por Juan Ura Ru[2], Manuel Menndez Garca[3], Luciano Castan[4], M Josefa Ctedra[5] y M Esther Garca Lpez[6]; todas ellas procedentes de las braas vaqueiras de Tineo y Valds. De estas, examinaremos solamente la publicada por Juan Ura Ru, por ser la ms antigua (recogida en la braa valdesana de Sapinas, en 1912), y por ser la que da pie a una serie de reflexiones e interrogantes que trataremos de desentraar a lo largo de este artculo:

 

            Para la vaca mordida por una culebra

 

                                               La culebra maldita

                                               y la cervatina bendita

                                               hicieron una apuesta,

                                               a cul primero se vesta,

                                               a cul primero se calzaba,

                                               a cul primero a aquel lindo cueto llegaba

                                               y la su bocina tocaba.

                                               La cervatina, como era bendita,

                                               primero se visti,

                                               primero se calz,

                                               primero a aquel lindo cueto lleg

                                               y la su bocina toc.

                                               La culebra maldita

                                               por debajo del tronco barronco

                                               raz del fresno infeliz,

                                               como sec la estopa, le seque la boca;

                                               como sec la pacha, le seque la babacha;

                                               como sec el carbn, le seque el corazn.

 

            Segn Ura Ru:

 

El sentido de este conjuro aparece claro; se desea que desaparezca el dao causado por la culebra en un animal til; se le hace a ste bendito y a la culebra maldita; se relata una pugna o apuesta entre los dos, de la que ha de salir vencido el ltimo de estos animales.

        En cuanto a la intervencin de la cervatina, que debe ser el ciervo, prueba la antigedad de esta leyenda, pues este animal hace tiempo que desapareci de las montaas de Asturias.

        Slo alguno que otro de estos animales huidos del norte de la provincia de Zamora o de los montes de Cervantes (Lugo), llega a veces (muy pocas) a los montes de Muniellos y otros inmediatos del concejo de Cangas de Tineo, pero la abundancia de estos animales (hasta cierto punto necesaria para que se conserve su recuerdo en una leyenda), ya no era un hecho quiz en el siglo XVII.

        La contraposicin de estos dos animales nos hace ver despus del resultado de su lucha la superioridad de la cervatina.

        "Se trata en esta alusin del recuerdo de un animal sagrado o por lo menos objeto principal de culto desaparecido?"[7].

 

            Modestamente, trataremos de responder a la pregunta formulada por Juan Ura Ru y, a la vez, de mostrar los antecedentes de la enemistad proverbial entre el ciervo y la culebra que, al pasar de los siglos, ha cristalizado en este conjuro vaqueiro.

 

El ciervo sediento y otras interpretaciones alegricas

            A este respecto, una de las ms importantes fuentes de referencia es el Fisilogo griego, cuya redaccin primitiva se sita en Alejandra hacia el siglo II de nuestra era. En el siglo V, el texto fue traducido al etope, al siraco y al armenio, y ya hacia el ao 390 deba existir una versin latina, puesto que Ambrosio se inspir en ella para sus Hexaemeron; aunque los manuscritos latinos ms antiguos que poseemos del Physiologus son, en todo caso, del siglo VIII. Estas versiones latinas alcanzaron una gran difusin en toda Europa, hasta el punto de que se afirma que el Fisilogo es el libro ms difundido, despus de la Biblia, hasta el siglo XII:

 

El ciervo vive durante cincuenta aos, y al final de ese periodo corre a gran velocidad por los valles boscosos y los barrancos de las montaas, localiza por su olor las madrigueras de las serpientes, y de inmediato acerca sus narices a la entrada de aqullas, conteniendo el aliento. Entonces, la serpiente se precipita afuera y va a parar a la boca del ciervo, que se la traga; por eso se le llama lafos, porque sac a la serpiente de las profundidades. Luego, corre con la serpiente hacia un arroyo; si no bebe agua antes de tres horas, morir; pero si encuentra agua, vivir otros cincuenta aos. Por eso dijo el profeta David: "As como el ciervo desea el fresco manantial, as te desea mi alma, oh Dios[8].

 

            El punto de partida de esta interpretacin alegrica es el Salmo 42.1 de David, que en la Biblia de Jerusaln dice as: Como jadea la cierva tras las corrientes de agua, as jadea mi alma en pos de ti, mi Dios. Esto dio pie, desde la poca paleocristiana, a ver en la figura del ciervo una imagen del alma cristiana y su deseo ardiente de unin con Dios. De acuerdo con esta interpretacin, se dice en otras versiones del Fisilogo:

 

El ciervo es muy sediento, y la razn de esta sed es que come serpientes; pues la serpiente es enemigo del ciervo. Cuando la serpiente se dirige a su orificio en la tierra, el ciervo busca un manantial y bebe una gran cantidad de agua; se llena la boca, la vomita en el orificio, hace salir a la serpiente y la mata. De modo semejante, la gran serpiente que es el Demonio ser expulsada por las aguas de la sabidura divina[9].

 

            En este sentido, la imagen del ciervo es bautismal y eucarstica: la forma en que hace salir a las serpientes de su cueva, vertiendo agua de su boca, simboliza la lucha de Cristo contra el demonio y el modo en que la doctrina evanglica se impone sobre el paganismo. Las interpretaciones alegricas acerca de la enemistad entre el ciervo y la serpiente se suceden con profusin a lo largo de la Edad Media, aunque en ocasiones este animal es sustituido por un dragn, como indica, por ejemplo, en el Bestiario de Gervaise (siglo XIII):

 

David, que escribi el salterio, dice en el centsimo salmo: El ciervo desea la fuente. Le gusta mucho el agua clara y sana, pero el dragn es del tal ndole que mata las cras del ciervo cuando puede penetrar en su madriguera. Cuando el ciervo logra encontrarlo, le hace salir con su aliento, que el dragn no puede soportar. El ciervo lo destroza y lo engulle; lo hiere y lo mata patendolo. Para evitar envenenarse, el ciervo va en busca de agua clara y pura; va a vomitar en la fuente, ya que no puede soportar el veneno. A causa de la ponzoa y de la hinchazn, se le caen inmediatamente los cuernos, muda de uas y de piel, le sudan todos los miembros. Despus de baarse, est curado; todo su cuerpo rejuvenece. El ciervo representa al hombre que hace penitencia. Cuando el hombre se siente en pecado y presa del diablo, debe quitrselo de encima mediante el ayuno y la vigilia. Debe acudir a la Santa Iglesia y arrancar su pecado; ha de mortificarse y sufrir, abandonar el orgullo de su carne, dar limosnas, rezar, ayunar y afligirse[10].

 

Y en los siglos posteriores a la Edad Media, la lucha entre el ciervo y la serpiente se convertir en motivo recurrente para establecer comparaciones entre el Bien y el Mal. As, por ejemplo, en la Segunda parte del Abecedario espiritual, publicada por Francisco de Osuna en 1530, se trae a colacin para ilustrar la ira de Dios contra los egipcios:

 

Aun a la letra podamos dezir que persigue Dios a los peccadores como el ciervo a las serpientes sacndolas de las cuevas con su ressollo, segn parece en los egypcianos, cuyos primognitos en sus casas mat y despus, con ayre rezio que lan por las narizes, sac a sus padres fuera. En este ayre se denota en la Escritura el furor rezio de la yra, por lo qual dize: "Gurdate del hombre que tiene el spritu en las narizes". Y tambin solemos dezir de los ayrados que se les sube el humo a las narizes. Tal se mostr Dios con los egypcianos quando endureci el coran del faran y de todo su exrcito para que persiguiese los seyscientos mil peones con toda la otra gente de los fijos de Ysrael, tras los quales sali toda la flor de Egypto, un exrcito quasi sin nmero, que Dios quiso atraer fuera de las ciudades, como el ciervo atrae las serpientes para las matar y destruyr, sin quedar uno dellos para que llevasse las malas nuevas[11].

 

            Y en un desfile de carrozas celebrado en Roma con motivo de la paz alcanzada entre el emperador Carlos V y el rey Francisco I de Francia (Paz de Crpy-en-Laonnois, firmada el 18 de septiembre de 1544), y descrito por Alonso de Santa Cruz hacia 1550, se recrea el motivo de la persecucin de los herejes (serpientes) por parte de la iglesia catlica (el ciervo):

 

Y doce de Febrero se celebr en Roma la fiesta de Agon (el cual antiguamente era tenido por Dios de las Victorias) en seal de la mucha paz que en aqueste tiempo tena la Cristiandad. Y se celebr al modo antiguo, saliendo las trece regiones que en Roma haba (aunque solan ser catorce) y cada una sali con su carro triunfal invencin como tena su divisa [] Y luego vena el carro de la Regola, que traa un ciervo por armas, el cual tena en la boca una sierpe y otras que huan de l, dando entender que los herejes representados por las serpientes haban de huir del ciervo, que significaba los siervos de Dios[12].

 

Y lo mismo cabe decir de la identificacin alegrica de Jesucristo con el ciervo, expresada de este modo en las Consideraciones sobre el Cantar de los Cantares, glosas de la Biblia escritas por Fray Juan de los ngeles en 1607:

 

Es galanssima alegora llamar Cristo [...] ciervo, por la virtud maravillosa que tiene de sacar los pecados encovados en las almas, mediante su divino espritu. [...] El ciervo se come las serpientes; sic Cristus peccata [as Cristo los pecados] y hace plato dellos su Vicario San Pedro (Act., IX): "Occide et manduca". [Mata y come][13].

 

            Esta apropiacin de la figura del ciervo como smbolo de Jesucristo se manifiesta claramente en episodios como la conversin de San Hilario, San Huberto o San Eustaquio, venerados en distintos pases de la Europa cristiana como protectores contra la picadura de la serpiente. Esta conversin se produce con motivo de la persecucin de un ciervo por parte de un cazador pagano. Una vez que el cazador se encuentra frente a frente con el ciervo, cae postrado ante la evidencia del carcter sagrado de este animal al ver que porta un crucifijo (o la imagen de Jesucristo) resplandeciente entre sus cuernos. La impresin hace que se convierta al cristianismo.

 

La longevidad del ciervo en las fuentes clsicas

            Toda esta suerte de interpretaciones alegricas acerca de la enemistad entre el ciervo y la serpiente, auspiciadas y propagadas por el cristianismo a lo largo de la Edad Media, bebe de fuentes muy anteriores, latinas y griegas, redactadas con pretensiones cientficas y carentes de toda intencin moralizante. Por ejemplo, de la Historia Natural de Plinio el Viejo (siglo I), o de la Historia de los animales, de Claudio Eliano (siglo III):

 

De los ciervos

Pelean stos con las serpientes, buscan sus cuevas, y scanlas por fuerza con el resuello de las narices. Y, por tanto, es excelente remedio para ahuyentarlas el olor de su cuerno quemado[14].

 

El ciervo y las serpientes:

El ciervo vence a las serpientes gracias a un admirable don que la Naturaleza le otorg. Y el odiossimo bicho, aunque est metido en un escondrijo, no puede escapar del ciervo. Al contrario, el ciervo, aplicando sus narices al refugio del reptil, inspira con toda su fuerza y, as, va arrastrndolo con sus inspiraciones como si esto fuera un hechizo, y lo obliga, pese a su resistencia, a salir y empieza a comerlo segn va asomando. El ciervo cuando ms hace esto es en el invierno. Ms an, si uno reduce a polvo un cuerno de ciervo y luego echa el polvo al fuego, el slo humo que se levanta echa a las serpientes de todas partes, porque no soportan siquiera el olor[15]

 

            Respecto del apetito del ciervo por las serpientes, es interesante el dato aportado por el doctor Francisco Hernndez, comentarista de la obra de Plinio en el siglo XVI y traductor de la obra de Nicandro de Colofn, mdico y poeta griego que vivi en el siglo II a.C:

 

En lo dems, Nicandro cuenta, galanamente, esta pendencia que tienen los ciervos, sacando con su anhlito de sus cuevas, por fuerza, las serpientes, lo cual ellos hazen (segn que sobre este autor ms largamente diximos) o por apacentarse dellas, o por rejuvenecer o por haverles comunicado Naturaleza este odio natural e inclinacin enemiga de las serpientes[16].

 

            La querencia del ciervo hacia las serpientes estara motivada por la capacidad de estas para hacerle rejuvenecer, tal y como se recoge en muchas obras posteriores. As lo dice, escuetamente, una traduccin annima de la Historia Hierosolymitana de Jacques de Vitry (c. 1180-1240) realizada hacia 1350:

 

El iervo, por que se renueve, saca la culebra de la cueva con el resollo &, tragada la pononna, va a la fuente con sed & despues que ha bevido de las aguas recobra juventud[17].

 

            De ah, probablemente, que el ciervo fuese considerado desde antiguo como un animal de gran longevidad. Incluso Aristteles se hace eco de esta creencia en su Historia de los animales (siglo IV a. C.), aunque no le concede demasiado crdito:

 

De la duracin de su vida se cuentan leyendas que dan a entender que es un animal de vida longeva, pero, por un lado, ninguna de las leyendas contadas parece fiable, y, por otro, tanto la duracin de la gestacin como el crecimiento de los cervatillos no se aviene con la idea de que se trata de un animal de vida longeva[18]

 

Sin embargo, esta longevidad era un hecho cierto y evidente para Plinio el Viejo:

 

Cosa cierta es ser la vida de los ciervos muy larga, como se hayan asido algunos con collares de oro que les haba puesto el grande Alexandro 100 aos antes, los cuales les hallavan cubiertos de cuero por la demasa gordura[19].

 

            Y muchos siglos despus, Sebastin de Covarrubias, en sus adiciones al Tesoro de la lengua espaola o castellana (ca. 1611), se hace eco de esta creencia y aade la referencia a un caso similar supuestamente acontecido a Carlos VI, rey de Francia (1368-1422):

 

En testimonio de la larga vida de este animal refieren authores averse hallado algunos iervos a los quales por curiosidad avan puesto collares y en ellos los nombres de algunos prncipes, como acontei a Carlos sexto, rey de Francia, andando a caa de montera que encontr con un venado hermosssimo que traha un collar de metal, el qual fue preso por sus caadores y hallaron tener gravadas esta letras HOC ME CAESAR DONAVIT [Csar me lo dio][20].

 

            De ser cierto este testimonio, nos hallaramos ante un animal que habra alcanzado la edad improbable de unos mil cuatrocientos aos. Sin embargo, actualmente se sabe que la vida media de los ciervos est en torno a los diez aos, y que la longevidad mxima que pueden alcanzar es de unos veinte aos.

 

La lucha entre dos seres inmortales

Al igual que la serpiente, asociada universalmente con la renovacin de la vida y con la inmortalidad, por el hecho de que muda su piel varias veces al ao, el ciervo se asocia al ciclo nacimiento-muerte-resurreccin porque renueva su cornamenta anualmente. A finales del invierno, los machos pierden la cornamenta e inician una vida solitaria en la espesura del bosque hasta que completan su regeneracin a mediados del verano. En China, Siberia y algunas culturas de Amrica (principalmente en las culturas Maya y Pueblo) el ciervo es smbolo de la renovacin continua de la naturaleza, por causa de la cada y regeneracin peridica de sus cuernas.

            Por otro lado, en algunas tradiciones arcaicas se asociaba al ciervo con la desaparicin gradual del sol a lo largo del otoo y con su resurreccin a partir del solsticio de invierno. El ciervo desprovisto de cuernos es imagen del sol invernal presolsticial, mientras que, engalanado con su cornamenta, es imagen del sol en su plenitud. En este sentido, el ciervo era una figura de importancia capital entre los escitas (pueblo seminmada cuya localizacin y demografa variaron a lo largo primer milenio antes de Cristo, cuando se desplazaron desde la regin del Altai hasta la del bajo Danubio y Bulgaria), y uno de los motivos ms comunes en sus trabajos de orfebrera, especialmente en los monumentos funerarios. La madre del sol era imaginada como una gran cierva con cuernos. Esta gran cierva se representaba portando el sol entre sus cuernos y, en algunos casos, el sol mismo quedaba simbolizado como el ciervo hijo de esta gran cierva cosmognica. Por esta razn, las figuras de ciervos en la orfebrera escita se representan a menudo con una cornamenta flamgera.

            Los escitas consideraban al ciervo como un animal psicopompo, que transportaba los espritus de los muertos hacia el ms all.. A este respecto son significativos los tatuajes inscritos en los cuerpos de algunas momias de la cultura Pazyrik (circa 600 a 400 a. C.), descubiertos por arquelogos rusos en las montaas Altai. La primera de ellas, descubierta en 1948, corresponde al cuerpo de un hombre de unos 50 aos, probablemente una personalidad de alto rango, que en su costado derecho presenta varios tatuajes que representan un asno, un carnero, dos ciervos y un animal carnvoro no identificado, mientras que en su costado izquierdo lleva tatuados otros dos ciervos y una cabra montesa. La segunda momia Pazyrik, descubierta en 1993, corresponde a una mujer de raza caucsica que fue enterrada en un fretro de madera de alerce tallado con la figura de un ciervo y un leopardo de las nieves. Junto a ella haban sido enterrados seis caballos y un hombre de unos 40 aos. Esta momia femenina, conocida como la "princesa de hielo", haba sido tatuada con figuras similares a las de la momia descubierta en 1948. El mayor de sus tatuajes representaba un animal o criatura hbrida (ciervo-caballo-cabra). Posteriormente, fue descubierta otra momia que corresponde al cuerpo de un hombre de unos veinticinco o treinta aos que fue enterrado junto con su caballo, por lo que se le conoce con el apelativo de "Horseman". Haba sido atravesado por un arma enemiga o por el cuerno de un animal; su cara y sus manos estaban muy deterioradas, pero el resto del cuerpo se encontraba en muy buen estado, y presentaba el tatuaje de un ciervo en su hombro derecho. Tambin es significativo el hecho de que a algunos de los caballos enterrados como acompaamiento de las momias Pazyryk se les hubiera colocado un tocado de cuernos de ciervo en sus cabezas. Todas estas imgenes de ciervos tatuados sobre las momias Pazyriks sugieren que este animal tena una especial significancia en el trnsito de la vida a la muerte, y vienen a demostrar que la creencia de que el ciervo transportaba las almas de los muertos hacia el ms all estaba generalmente extendida en Eurasia a lo largo del primer milenio antes de Cristo.

            Volviendo a la capacidad regeneradora del ciervo y a su relacin antagnica con la serpiente, se puede apreciar esta con toda claridad en la representacin del dios cltico continental Cernunnos tallada en el caldero de Gundestrup, un caldero de uso ritual encontrado en una turbera de Jutlandia, Dinamarca, y datado en el siglo II a. C. El caldero est formado por el ensamblaje de trece placas de plata ricamente decoradas con motivos ornamentales basados en la mitologa celta, tales como una representacin de Cernunnos, otra de Taranis, u otra de un dios desconocido o un gigante sumergiendo a una serie de guerreros en un caldero, de donde salen preparados para el combate a lomos de caballo. Esta iniciacin ritual al combate mediante la inmersin en un caldero podra estar en relacin con el mito celta del caldero mgico, donde se sumerga a los guerreros muertos para su resurreccin. La placa central de este caldero muestra una figura masculina en posicin sedente, con cuernos de ciervo, identificada como el dios Cernunnos. En su mano derecha ostenta un torques, smbolo de nobleza entre los celtas, mientras que con la izquierda sujeta por el cuello a una serpiente con cuernos de carnero. Al lado de su mano derecha se encuentra un ciervo con una cornamenta idntica a la del mismo dios (difieren en que la del ciervo tiene ocho puntas y la del dios Cernunnos tiene siete). Aunque aparecen otros animales (cnidos, felinos, bvidos y una figura humana a lomos de un pez) en esta escena, es evidente que la ms destacada representacin entre todos ellos corresponde al ciervo y la serpiente, que aparecen flanqueando al dios cornudo. El significado de la imagen es enigmtico; pero podra tratarse de una representacin iconogrfica de los atributos del dios Cernunnos basada en las cualidades antagnicas (solar y telrica) de dos animales (el ciervo y la serpiente) que comparten una misma capacidad regeneradora.

            En este sentido, son extremadamente significativos los hallazgos arqueolgicos realizados en Khanlar (Azerbayn), enterramientos 149 y 150, fechados entre 1500 y 1350 antes de Cristo: esqueletos completos de ciervos sacrificados, cabras, cnidos y serpientes fueron descubiertos en estos enterramientos junto con restos de piras funerarias y de carros de madera utilizados para "transferir" a los muertos al otro mundo. De acuerdo con el registro arqueolgico, la secuencia meta-textual "ciervo-cabra-lobo-serpiente" se organiza a lo largo de un "axis csmico" vertical (la serpiente colocada en la parte inferior y el ciervo en la parte superior) y constituye una expresin zoomrfica del ciclo mito-ritual de "nacimiento-muerte-resurreccin". La representacin de esta misma secuencia se atestigua en las culturas cltica (caldero de Gundestrup) y srmata (diadema de Ust' Labinskaya), objetos de arte encontrados en contextos mito-rituales homlogos, lo que sugiere la posibilidad de un probable origen pre-indoeuropeo. Y efectivamente, desde una perspectiva lingstica, los componentes de esta secuencia meta-textual, tienen paralelos pre-indoeuropeos. Los textos hitita-luvianos permiten una reconstruccin completa del universo mitolgico con la serpiente en la parte de abajo y el ciervo en la parte superior del mismo. Finalmente, y a partir de los trabajos publicados por Homes-Fredericq sobre las tablillas mesopotmicas protohistricas, se puede afirmar que la relacin entre el ciervo y la serpiente se documenta ya en el cuarto milenio antes de Cristo[21].

 

 

La serpiente en la raz del fresno

 

                                               La culebra maldita

                                               por debajo del tronco barronco

                                               raz del fresno infeliz,

                                               como sec la estopa, le seque la boca;

                                               como sec la pacha, le seque la babacha;

                                               como sec el carbn, le seque el corazn.

                                                          (Sapinas-Valds, 1912)

 

                                               La culebrona maldita,

                                               por su tronco,

                                               por su barronco,

                                               por su raz de freisno infeliz

                                               all fuei morrer, amn.

                                                          (Folgueras del Ro-Tineo, 1997)

 

            Llama la atencin, en el final de este conjuro vaqueiro, que tras perder la apuesta con la cervatina bendita, la culebra derrotada vaya a refugiarse (o a morir) a las races de un fresno. Mxime cuando sabemos, desde Plinio el Viejo, que la aversin de la serpiente hacia este rbol es casi proverbial:

 

Hllase ser su zumo exprimido muy provechoso contra las serpientes y sus mordeduras [] Es tanta su fuerza que ninguna sierpe osa tocar las sombras que hace de maana, o ya sobre tarde, porque cuan largas ellas son, tanto se apartan y huyen destos rboles. De experiencia hallo, si cercan con sus hojas a alguna serpiente y con algn fuego, antes huye la serpiente hacia el fuego que hacia el fresno[22].

 

            La creencia en la antipata de la serpiente hacia el fresno hubo de afianzarse en la mentalidad popular a lo largo de los siglos, hasta tal punto que el padre Feijoo se ocup de desmentirla en el Teatro crtico universal (1728):

 

Fingida es tambin la antipata de la culebra con el fresno, pues no huye ms de las ramas de este rbol que de las de otro qualquiera. Puedo dar testigo fidedigno que, con ocasin de hacer la experiencia, la vi abrigarse y esconderse en ellas, sin que recibiesse el menor dao. Qu traza de meterse antes por las llamas, que por las ramas del fresno, como cree el vulgo?[23].

 

            En cualquier caso, el hecho de que la culebra derrotada del conjuro asturiano vaya a morir a la raz del fresno nos recuerda la existencia de otro axis csmico relacionado con el ciclo nacimiento-muerte-resurreccin, que tambin se caracteriza por situar ciervos en la parte superior y una serpiente en la parte inferior: el fresno Yggdrasil, el rbol de la vida, el centro del universo en la cosmogona escandinava. Su tronco forma un eje vertical alrededor del cual se sitan los nueve mundos y su copa sostiene el cielo. En la rama ms alta vive el guila Vidofnir, y desde all vigila los nueve mundos. sta, a su vez, tiene a un halcn llamado Velfrnir entre los ojos, que vigila los movimientos del guila. Cuatro ciervos (Dain, Dvalin, Duneyr y Durathror) ramonean por sus ramas y el roco que cae de su cornamenta forma los ros del mundo. Por el tronco sube y baja la ardilla Ratatosk, llevando noticias falsas y sembrando la discordia entre el guila y la serpiente Nidhug, que vive al lado de la raz ms profunda de Yggdrasil: la que atraviesa el Niflheim, el mundo fro, la morada de los muertos. Esta raz es roda constantemente por la serpiente Nidhug, que trata de secar el rbol mientras aguarda la llegada de Ragnark, una conflagracin apocalptica entre los dioses y los demonios en la que casi todo el universo ser destruido.

 

Una imagen enigmtica en un cdice prehispnico

 

Cdice Borgia, recto 22 (detalle)

 

            La imagen que acabamos de mostrar es una representacin de un ciervo sagrado que se encuentra en el Cdice Borgia, manuscrito pictogrfico mexicano de poca prehispnica que se conserva actualmente en la Biblioteca Vaticana. No se conoce el lugar exacto de origen de este cdice; sin embargo no hay duda de que es originario de las tierras centrales de Mjico (posiblemente de cerca de Puebla o del Valle de Tehuacn), un rea que estuvo bajo dominio azteca en la poca de la conquista. Se trata de un manuscrito ritual, pintado sobre piel de ciervo, que rene textos mgicos, religiosos y adivinatorios, incluye observaciones astronmicas y representa el famoso Tonalpohualli o calendario de 260 das. Es comnmente aceptado que este cdice fue pintado antes de la llegada de los espaoles, por lo que se considera exento de influencias europeas. Y es precisamente esa supuesta falta de influencia europea la que hace que la imagen de este ciervo sagrado se torne inquietante a nuestros ojos. Qu es esa cosa serpentiforme que se encuentra en la boca del ciervo? No parece que pueda tratarse de la lengua, ya que esta se muestra claramente en una imagen contigua, dentro de la misma pgina:

 

 

En el siglo XVI, el Cdice Borgia fue enviado de Mjico a Espaa, y de ah a Italia. El gran naturalista Alexander von Humboldt pudo verlo en Roma, en 1805, entre las posesiones del cardenal Stefano Borgia, de quien toma su nombre. Conocido tambin como cdice Yoalli Ehecatl en lengua indgena, es considerado como el ms hermoso de los mansucritos pictogrficos mexicanos de entre la veintena de cdices prehispnicos que actualmente se conservan, y por su estilo y contenido se relaciona con otros cdices similares del llamado "Grupo Borgia": el Cdice Cospi, el Cdice Fejrvry-Mayer, el Cdice Laud y el Cdice Vaticanus 3773 (Cdice Vaticanus B)[24]. En este ltimo cdice, que tambin contiene el Tonalpohualli o calendario ritual de 260 das, se encuentra una imagen prcticamente idntica a la del Cdice Borgia:

 

                           

Cdice Vaticanus b 77v

 

            No es posible, con los datos de que disponemos, ofrecer una interpretacin exacta del significado de estas imgenes ni dar una explicacin satisfactoria al hecho (si este se considerase probado) de que el ciervo representado en ambos cdices est comiendo una serpiente. Lo que s parece descartable es que la representacin del ciervo ingiriendo una serpiente se deba a una observacin directa de la naturaleza, ya que es bien sabido que el ciervo es un animal fitfago puro, cuya dieta, exclusivamente vegetariana, consiste en hierbas, yemas y cortezas de rboles, frutos, musgos, hojas, bellotas, castaas y moras.

 

 

ILUSTRACIONES

 

Mosaico del Gran Palacio, Estambul (siglo V)

 

Mosaico bizantino de Qasr Libia (siglo VI)

 

 

Theological miscellany. Inglaterra (siglo XIII)

 

 

Bestiary. Inglaterra (siglo XIII)

 

 

Bestiaire de Gervaise (siglo XIII)

 

 

Stag (Christ) and dragon (Satan) (siglo XIII)

 

 

The Queen Mary Psalter, Inglaterra (siglo XIV)

 

 

Physiologus, Roma (siglo XVI)

 

 

Physiologus, grabado Van der Borcht (siglo XVI)

 

 

Los mandamientos de Dios

Henri de Ferrires, Livres de modus et ratio (siglo XIV)

 

 

Hubert Le Pvost: Die Vision des Hubertus, aus der Lgende Saint-Hubert, in der Bibliothque Nationale de France.

 

 

Jean Bourdichon, Vision de Saint Hubert (siglo XVI)

 

Jacques de Besanon, Vision de saint Eustache (siglo XV)

 

La leyenda de san Eustaquio (siglo XV) Santiago de la Voragine, La leyenda dorada, Bruges, traducida por Jean de Vignay. Mcon, Bibliothque municipale, ms. 3, fol. 12v.

 

La visin de san Eustaquio, Pisanello (c. 1440) National Gallery, Londres.

 

 

San Eustaquio, Alberto Durero (c. 1503) Alte Pinakothek, Munich.

 

Representacin del dios Cernunnos en el caldero de Gundestrup (siglo II a. C.)

 

 



[1] Versin recogida por Jess Surez Lpez (Archivo de la Tradicin Oral-Museo del Pueblo de Asturias) el 19 de abril de 1997.

[2] Juan Ura Ru, Algunas supersticiones y leyendas relativas a los animales entre los vaqueiros de alzada, en Asturias, en Actas y Memorias de la Sociedad Espaola de Antropologa, Etnografa y Prehistoria, III (Madrid: 1924), pp. 103-108; reed. en Los vaqueiros de alzada y otros estudios (De caza y etnografa) (Oviedo: Biblioteca Popular Asturiana, 1976), pp. 15-22.

[3] Manuel Menndez Garca, Notas folklricas del Cuarto de los Valles: Conjuros ensalmos y otras cosas, BIDEA, 33 (1954), pp. 387-410.

[4] Luciano Castan, Supersticiones y creencias de Asturias (Salinas: Ayalga ediciones, 1976), p. 120.

[5] Mara Ctedra Toms, La muerte y otros mundos. Enfermedad, suicidio, muerte y ms all entre los vaqueiros de alzada (Madrid-Gijn: Jcar Universidad, 1988), pp. 44-47.

[6] M Esther Garca Lpez, Rellumos folklricos dOccidente, Lletres Asturianes, 35 (1990), pp 101-109.

[7] Juan Ura Ru, op. cit., pp. 18-19.

[8] . Physiologus: Carlill, 197-198; Peters 31-33. Cito a travs del Bestiario medieval (Madrid: Ediciones Siruela, 1986), p. 106.

[9] Physiologus: Carlill, 197-198; Peters 31-33. Cito a travs del Bestiario medieval (Madrid: Ediciones Siruela, 1986), p. 107.

[10] Le Bestiaire de Gervaise, vv. 1053-1086, Cito a travs del Bestiario medieval (Madrid: Ediciones Siruela, 1986), p. 109. La edicin original en francs, editada y comentada por Paul Meyer, Romania, I (1872), pp. 420-443, se puede consultar en edicin digital de David Badke (2004): http://bestiary.ca/etexts/meyer1872/meyer1872.htm.

[11] Francisco de Osuna, Segunda parte del Abecedario espiritual (1530) REAL ACADEMIA ESPAOLA: Banco de datos (CORDE). Corpus diacrnico del espaol. <http://www.rae.es> [14-III-2008].

[12] Alonso de Santa Cruz, Crnica del emperador Carlos V (c. 1550). REAL ACADEMIA ESPAOLA: Banco de datos (CORDE). Corpus diacrnico del espaol. <http://www.rae.es> [14-III-2008].

[13] Fray Juan de los ngeles, Consideraciones sobre el Cantar de los Cantares (1607). REAL ACADEMIA ESPAOLA: Banco de datos (CORDE). Corpus diacrnico del espaol. <http://www.rae.es> [14-III-2008].

[14] Cayo Plinio Segundo, Historia Natural, libro VIII, cap. XXXIII (Madrid: Universidad Nacional de Mxico-Visor Libros, 1999), p. 397.

[15] Claudio Eliano, Historia de los animales, libro II, cap. IX, ed. Jos Vara Donado (Madrid: Akal Clsica, 1989), pp. 79-80.

[16] Historia Natural, op. cit., p. 398.

[17] Annimo, Traduccin de la "Historia de Jerusalem abreviada" de Jacobo de Vitriaco (1350) REAL ACADEMIA ESPAOLA: Banco de datos (CORDE). Corpus diacrnico del espaol. <http://www.rae.es> [14-III-2008].

[18] Aristteles, Historia de los animales, libro VI, ed. ed. Jos Vara Donado (Madrid: Akal Clsica, 1990), p. 370.

[19] Historia Natural, op. cit., p. 397.

[20] Sebastin de Covarrubias, Suplemento al Tesoro de la lengua espaola castellana (c. 1611), REAL ACADEMIA ESPAOLA: Banco de datos (CORDE). Corpus diacrnico del espaol. <http://www.rae.es> [14-III-2008].

[21] Homes-Fredericq, Les Cachets Mesopotamiens Protohistoriques (Leiden:E. J. Brill, 1970).

[22] Historia Natural, op. cit., libro XVI, cap. XIII, p. 667.

[23] Benito Jernimo Feijoo, Teatro crtico universal. Discursos varios en todo gnero de materias, para desengao de errores comunes (1728), tomo II, discurso 2, VII.

[24] El cdice Borgia y otros cdices citados pueden consultarse en http://www.geocities.com/codicesmexicanos/index.html.